La Nube Pós-Pandemia

La Nube Pós-Pandemia

Entrevista a Alberto López

Head of IT and Cybersecurity

en Solaria Energía y Medio Ambiente

Entrevista realizada en el ámbito del bFast Lab Cloud Leaders 2021 – Cloud as a Journey, not as a Destination, en el que Alberto López, Head of IT and Cybersecurity, Solaria Energía y Medio Ambiente, participa como Game Changer.

La nube, objetivo esencial de las organizaciones que buscan una mayor escalabilidad y flexibilidad para garantizar la continuidad del negocio en el ámbito digital se ha convertido en el Santo Grial de la nueva era post pandemia. En el ámbito corporativo la nube debe aumentar la agilidad en la provisión de servicios, y nuevas funcionalidades en las aplicaciones, sin renunciar a la gobernanza y soberanía del dato. En este sentido, 

¿Cuáles son, desde tu perspectiva, los factores críticos a tener en cuenta hoy en el viaje hacia la nube? ¿En qué puntos del camino se esconden los mayores peligros?

Desde mi punto de vista, los factores más críticos, en la transición de un servicio o de los propios datos y/o información hacia la nube, acontecen en las fases iniciales de concepción y planificación del proyecto de migración; sin infravalorar las siguientes fases, por supuesto.

El viaje hacia la nube no es un simple “copiar y pegar” de servicios, procesos, información, etc.

El paso a la nube no debe considerarse como una simple tarea, sino como un proyecto estratégico, por poco tiempo que lleve su materialización en algunos casos, debido a las implicaciones y afecciones que esto conlleva en la organización a nivel transversal.

Mantener reuniones con todos los responsables departamentales, que verán muchos de sus procesos mejorados y reforzados por el tránsito a la nube, es algo primordial y muy necesario. Hay que entender el modelo de negocio interno de cada área. Hacer partícipes a los empleados, en estas reuniones, que son quienes poseen el know-how, y quienes pueden trasladar un mayor detalle técnico-operativo de los procesos diarios es algo relevante, para lograr diseñar y dimensionar el mejor escenario y despliegue en el cloud.

En mayor o menor medida hay afección a la gobernanza, a la soberanía del dato, a la ciberseguridad, a la relación con los proveedores de estos entornos cloud, a la confianza depositada en ellos, a la interacción de los empleados en movilidad, a los escenarios de teletrabajo, etc. Por eso es muy importante hacer partícipe a la organización y sus integrantes en las fases iniciales.

Atando bien la planificación inicial y mitigando los posibles riesgos existentes en todas las fases de tránsito a la nube, se apreciará y “disfrutará” mejor el viaje a la nube.

¿Ha cambiado algo la pandemia en la respuesta a la “triyuntiva” nube pública, privada o híbrida?

La pandemia ha sido una gran precursora y aceleradora de los proyectos de tránsito a la nube, así como del replanteamiento de qué hay en la nube, en qué modalidad, y qué más podemos “delegar” en ella. 

 Proyectos relacionados con el cloud, que estaban en la lista “TO-DO”, han sido priorizados ante muchos otros, en tiempo y forma, en gran parte de las organizaciones, para seguir prestando servicio a nivel interno y externo.

Durante la pandemia hemos puesto sobre la mesa los pros y contras de infraestructuras on-premise; de aquellas que están en nube pública, de las que no necesitábamos una performance de primer nivel; las que teníamos en modalidad privada, por la criticidad de cómputo; y las que estaban en formato híbrido.

El hecho de haber reforzado la presencia en la nube, y que haya más y más clientes en ellas, entre otras cuestiones, ha provocado que balanceemos y reforcemos el uso y presencia en entornos híbridos, sin desestimar las otras modalidades. 


Recién te acabas de incorporar a Solaria Energía y Medio Ambiente, ¿Cuáles son los mayores restos de la transformación en el sector de las energías renovables?

El mayor reto es proporcionar el mejor servicio ante el gran crecimiento que está disfrutando el sector, y Solaria en  particular, a nivel nacional e internacional.

Siendo exhaustivo con las palabras, no me gusta llamarlo o definirlo como reto, sino como oportunidad. Hace años podría considerarse reto. A fecha de hoy con tanta innovación tecnológica en cuanto a infraestructuras se refiere, entre ellas el cloud, el hándicap está en saber qué servicio o tecnología encaja mejor, no sólo a fecha de hoy, sino de cara al futuro, por su coste, sostenibilidad, escalabilidad, flexibilidad, servicios integrados, etc.

Debo ser muy ágil en la provisión de servicios ante el aumento de la actividad de la compañía.

Desde el punto de vista de las infraestructuras y la ciberseguridad en IT y OT, áreas de las que soy el responsable, mi mayor reto, y en el que estoy inmerso, es en proporcionar la mejor cobertura y servicio, como base para el gran crecimiento que está llevando a cabo la compañía a nivel nacional e internacional. 

Todo lo que hago, y no podría ser de otra manera, es en base a las políticas y estrategias a medio y largo plazo que se han establecido desde la alta dirección.

Es mucha y muy diversa infraestructura que desplegar, mucha información que gestionar, y sin duda, la ciberseguridad es algo que va de la mano con todo proyecto y tarea que realizamos desde la compañía. 

La alta dirección de Solaria está muy al tanto y preocupada por la ciberseguridad. El hecho de que estén tan concienciados por la seguridad en los sistemas de información es algo muy satisfactorio para los que ostentamos la posición de responsable de ciberseguridad, ya que hay mucho terreno ganado a la hora de adentrarnos en unas y otras políticas, soluciones y despliegues.

En definitiva, el área de TI y ciberseguridad debe ser un precursor e impulsor del crecimiento de la compañía. El crecimiento y despliegue de las infraestructuras debe ser sólido y sostenible, en esta y en cualquier otra empresa. En ningún caso un cuello de botella o un stopper.

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