Liderazgo colaborativo: el efecto multiplicador

Liderazgo colaborativo: el efecto multiplicador

Escrito por Susana Muñoz

Directora Académica

en The Game Changers Lab

Como parte de una serie de publicaciones que buscan inspirar el debate sobre la transformación de las organizaciones, The Game Changers Lab pone en vitrina historias de aliadas y aliados que sirvan de inspiración sobre los cambios culturales que la empresa del sXXI necesita. En esta ocasión, Susana Muñoz nos comparte como asumió este reto y enfatiza que ya sean 6, 60 o 6 mil personas, todos los retos requieren de humildad, curiosidad y coraje para ser llevados a cabo.

“Tal vez hayas oído alguna vez aquello de cuidado con lo que deseas. En mi caso esta frase tomó una dimensión especial cuando me propusieron un reto de negocio que implicaba a más de 6.000 personas.”

Susana Muñoz, Directora Académica, The Game Changers Lab.

Si hay algo que siempre me ha apasionado es el desarrollo de personas y equipos, no en vano soy la mayor de cuatro hermanos y ya desde niña, me tocó jugar ese rol en el seno familiar y lo asumí con pasión y vocación.

Tal vez por ello desde muy joven tuve equipos a cargo, era algo que me divertía y nutría, una visión que tristemente echo de menos en algunos líderes que han llegado a esa posición sin desearlo, o desde un mindset de estatus personal. En mi caso, colaborar con equipos era un estímulo constante: construir hacia un objetivo común, co-crear, apoyarse, asistirse, reconocerse, crecer.

Creo de verdad que “las empresas las hacen las personas”. Lo escuchamos tanto que parece un eslogan. El desarrollo de una organización y del propio líder no es otro que el desarrollo del equipo. No hay mayor competencia de liderazgo que facilitar el crecimiento de otros líderes y crear espacios en los que todos se sientan estimulados a crecer y aportar lo mejor de ellos mismos.

Como contaba, un día la vida llevó mi pasión al extremo: Mi empresa me ofrecía dejar un equipo consolidado y reconocido en la Dirección de Personas para asumir un reto de negocio, en un lugar geográfico distinto a mi residencia habitual y que implicaba a miles de personas. Un equipo que debía abordar una transformación real: darle la vuelta a procesos y KPI´s para lograr los resultados que no se estaban produciendo.

Cuando la gestión de equipos alcanza determinadas dimensiones, cualquier experiencia anterior se tambalea. Te olvidas de cualquier cosa que te haya funcionado para re-aprender. Re-aprender el funcionamiento humano, el negocio, la importancia de crear entornos de confianza, de un propósito común, de la comunicación y la escucha. La importancia de apreciar el talento, de estimularlo, de impulsarlo.

Afortunadamente, aterrizar en un Comité de Dirección Territorial que no me conocía fue relativamente cómodo gracias al increíble talante y acogida de todos ellos. La palabra COLABORACIÓN se instaló en mi realidad como una llave que abría todas las puertas:

Emocionalmente aquel reto de cuatro años fue de lo más estimulante que he vivido en mi carrera, una gran exigencia de coordinación de la que me llevé grandes experiencias y, sobre todo grandes personas.

Cuando me preguntan cuál es la clave en la gestión de un equipo nace de mí una palabra: COLABORACIÓN. La colaboración parte de la confianza y del compromiso mutuo hacia un resultado, y se alimenta de la empatía, la escucha y la comunicación. Una vez que los egos ceden con a la concepción de conjunto, se producen resultados extraordinarios.

Si te has encontrado ante retos que resolver en equipo, coincidirás conmigo en que existen claves que multiplican los resultados. Descubrirlas y reflexionar sobre ellas llevándolas a tu propia realidad es algo que podrás realizar en el programa que hemos creado para que más personas puedan emprender la ruta de la transformación personal y de sus organizaciones desde sus raíces: The Roots Of Transformation.

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